And the gates of hell opened for one night

El día comenzó dejando mi boleta en casa, así que tuve que devolverme por ella, luego, ocho horas normales de trabajo, antes de poder salir a hacer fila. Allí me encontré con kam, grace, hatemachine, dersteppenwolf y drayru quienes serían mis compañeros es esta aventura. Yo ya me estaba preparando para salir con un par de costillas rotas mientras haciamos chistes con mis compañeros del día.

A pesar que estabamos relativamente adelante en la fila, cuando logramos entrar el palacio de los deportes estaba hasta las... y entonces apareció masacre, a cuyo cantante solamente pude escucharle "Que chimba hijueputas" me pareció gracioso que todo el mundo parecía conocer las letras de las canciones de estos tipos. Ese concierto no me gustó aunque de igual manera me molestó la manera en que los terminaron, les prendieron las luces antes de terminar su última canción y mientras se despedían, un ejercito de roaddies se encontraban sobre el escenrario retirando sus equipos.

Tras una espera de casi media hora las luces volviero a apagarse y el conocido sonido de the darkness of christ que abre el disco God Hates Us All empezó a sonar, seguido de Disciple, también del mismo album. El sonido del carajo, a diferencia de lo que esperaba, que tocaran el Christ Ilussion completo, Slayer presentó sus grandes exitos, tomados de todos los albunes por igual. De la misma manera, un comportamiento inesperado, la gente se comportó muy bien, nada de violencia, aunque si se lograba ver como 5000 cabezas se movían violentamente al ritmo de la música. Una cosa que descubrí es que aunque conozco muchas canciones de slayer, solo me sé la letra de muy pocas, así que canté con fuerza únicamente War Assemble, Raining Blood y South of Heaven. Excelente que Tom Araya hable español (obviamente por ser chileno) aunque al pobre casi no lo dejan hablar, ya que cada vez que se hacercaba al micrófono todo el mundo gritaba a todo pulmón Slayer una y otra vez.

Moví tanto mi cabeza que el día de hoy me duele, aunque cada vez que Jeff Hanneman se hacercaba al lado de la tarima que me encontraba, yo me quedaba como idiotizado viendo como este tipo tocaba. Lo único que no me gustó es que todo el humo que había le impedía a uno ver claramente a Dave Lombardo, este baterista cubano que cambió el timbal por el metal. Al final, todo muy tranquilo, la salida ordenada y sí, salimos vivos y completos, y no como Kam imaginaba, que apareceríamos en la portada del espacio. La noche finalizó con un par de cervezas y una agradable charla con kam.

Definitivamente un gran concierto de metal. Lástima por quienes se lo perdieron.