Infinite scrolling

Pintor de Brocha Gorda

Mi padre llegó a casa con una unos cuatro tarros de pintura blanca. Mi mamá siempre le ha gustado que los lugares estén bien iluminados y no iba a aceptar ningún otro color. Las camas y otro enceres se harían a un lado y darían paso a un alfombrado de papel periódico. Suerte para mi, yo era muy pequeño para participar en la herculea tarea de mover toda la casa a un lado y otro cada vez que una pared era pintada. Sin embargo, se me era permitido de cuando en cuando la diversión de pintar la casa. Antes de empezar haríamos esos sombreros de papel, los cuales más que evitar que nos llenáramos la cabeza de pintura, contribuía a la sensación de que se trataba de un juego. Este es mi primer recuerdo de pintar una casa.

El segundo ocurriría años después, mientras me encontraba en la adolescencia y pintar ya no hacía parte de la definición de diversión. En este momento no puedo recordar realmente si colaboré o logré evadir la tarea. Recuerdo que el color elegido esta vez fue un horrible curuba que permaneció en las paredes por casi una década. Si colaboré en esa ocasión, supongo que la tarea fue tan aburrida que ya no la consideraría digna de ser recordada. Lo que puedo decir es que en las ocasiones posteriores en que mis padres decidieron ofrecerle un nuevo color a nuestro hogar, logré evadir el martirio que representaba mover todas las cosas para dejar las paredes y los cuartos limpios. Admitámoslo, pintar es divertido, pero uno desperdicia más tiempo preparando el lugar al que se le dará nueva vida que dándole nueva vida.

La siguiente ocasión en que exitosamente logré evadir la pintura se debió a un viaje. Cuando volví mis padres quisieron darme la sorpresa de tener un cuarto con una pared azul. Si bien el azul era bonito, el terminado quedó horrible. Callé durante años para no hacerles sentir mal por la fallida sorpresa. Posteriormente, mi papá decidió que para él tampoco era divertido desperdiciar un par de semanas para poner nuevos colores a las paredes, así, decidió contratar a alguien. Lo mejor es que en esta ocasión fui yo quien escogí los colores de mi cuarto y hasta el día de hoy me parece que no he habitado algún lugar tan bonito como ese. Desafortunadamente no viviría allí mucho tiempo para disfrutar de mis nuevos colores.

La conclusión, pintar es divertido, siempre y cuando se haga en un cuarto desocupado y donde no haya que guardar cosas en cajas, no haya que mover camas ni armarios ni que haya preocupaciones de dañar algo.

Nothing is permanent, but change is

Supongo que muchos preguntaron la razón de mi post anterior. De repente salí hablando de CSS' y de diseño web. Pues la razón era que quería traer este cambio a mi blog. Hice varios experimentos usando estilos alternativos (en particular terminé uno con un estilo muy grunge), pero lo mío ya no son los temas oscuros, me gustan las cosas minimalistas y definitivamente estaríamos en la etapa blanca de mi vida (así como Picasso tuvo su etapa azul y hablando de esta etapa ¿No es curioso que todos esos grandes pintores, como Picasso y Van Gohg, tuvieran que usar prostitutas como modelos por que no conseguían modelos de verdad?).

Recapitulando, estoy en mi etapa blanca y que no es solo en el blog sino en mi vida personal. Las cosas últimamente marchan muy bien, tanto así que lo único que todavía necesita mejorar es mi tesis que todavía no marcha como debería. Sin embargo, lo más importante, la razón de mi felicidad, es que me comprometí. Si señores, se acabó la soltería. Los que pensaban que iba a terminar de fraile se equivocaron. Aunque tampoco se apresuren, pues la boda se va a demorar un poquito, pues cómo acá el frío ya llega no tenemos ganas de hacer un matrimonio en medio de la nieve. Así que, si las cosas marchan como van, en mayo del otro año le daré el adiós definitivo a mi soltería.

Y pues no siendo más, los dejo. Espero comentarios sobre la nueva piel de mi blogcito.


CSS Handling

Estoy diseñando un nuevo template para este blog y, dado que los más importantes navegadores (y los únicos que me interesan soportar) implementan css3, decidí agregarle usar algunos de los elementos del nuevo estándar. Particularmente quería usar la propiedad @font-face. Debido a que yo uso firefox, mis pruebas de diseño tienden a realizarse sobre este navegador. Los resultados fueron lamentables y a pesar que no cambié el css me conformé a no usar la propiedad mencionada.

La sorpresa se daría cuando abrí, por casualidad, la misma página en Opera y de repente las fuentes aparecieron allí. Entonces, tras realizar más experimentos, descubrí la razón del problema. Como medida de protección de la propiedad intelectual sobre las fuentes, no aplica la propiedad @font-face a menos que el archivo de la fuente se encuentre en el mismo servidor que la página en la que se espera usar, sin embargo, Opera no tienen ningún problema en mostrar la fuente correcta sin importar en que servidor se encuentre hospedada.

Zappa

Bien es sabido por la mayoría de quienes me conocen que soy un gran fan de Zappa, y quienes no lo sepán, solo tienen que mirar acá. Curiosamente es una afición no tan vieja como me gustaría pero ahí está. Cuando fui a Berlín uno de los puntos que quería conocer principalmente era la Frank Zappa Straße (aunque no pude ir por cuestiones de tiempo).

En todo caso, la razón por la que escribo esta entrada es que quiero recomendarles la entrada que la caja de resonancia acaba de publicar. En este entrada Carlos hace una excelente recopilación de los discos que un novato en Zappa debería escuchar. Solo puedo decir que le faltó poner el Freak Out! al principio de la lista, pero por lo demás, estoy muy de acuerdo en sus recomendaciones. Ahora solo me queda decir que espero más fans de Zappa en el futuro.



La verdad de la investigación en Colombia

Hace unos días leía yo un artículo del malpensante en el cual se exponía la farsa de las publicaciones universitarias en Colombia. El autor mostraba como un círculo de revisores y revisados se valían del sistema generado por colciencias para calcular el salario de un docente para desangrar al erario público. El autor particularmente critica a las ciencias humanas, y de hecho asume ingenuamente que estas cosas no pasan en las ciencias puras y/o ingenierías. Desafortunadamente para el autor de aquel artículo, mi experiencia me ha mostrado que estas aberraciones ocurren incluso en los círculos más importantes de la ingeniería. Para sustentar lo que digo, puedo hablar sobre mi propia experiencia.

Hace unos años, antes de emigrar de Colombia tuve la oportunidad de vincularme como asistente de investigación en un proyecto desarrollado por una prestigiosa universidad, patrocinado en una parte por colciencias y en otra por una reconocida compañía Colombiana. En esa época era recién graduado e idealista. Soñaba en hacer investigación por que creía en la ciencia, por eso, no dudé un par de segundos en tomar el puesto.

Tras meses de trabajar en un software del que nadie tenía idea de como debía funcionar de tal manera que los requerimientos cambiaban cada día. Tras dificultades tratando de contactar y/o entrevistar personal dentro de la compañía. El proyecto tuvo un abrupto final tan pronto como se publicó un artículo en una conferencia. Doloroso para mí fue el hecho de dejar a un lado a la única persona que había creído en nuestro proyecto, por que el director de este no le consideró relevante y, francamente creo yo, ya no estaba más interesado en el proyecto. En ese momento me di cuenta de la triste realidad. A nadie le interesaba nuestro trabajo y las razones por las que se hacía este proyecto obedecían más a motivos económicos y de reputación, que a un amor por la ciencia.

El negocio funcionaba así: la compañía que financiaba en parte el proyecto y en la cual este se desarrollaba estaba solo interesada en dos cosas, en primer lugar, un descuento, equivalente al 120% del costo del proyecto, en los impuestos. En segundo lugar, mantener la reputación de ser una compañía que patrocina la investigación. Al director del proyecto, le interesaba publicar un artículo para que, como lo demuestra el artículo del malpensante, le subieran el puesto. Pero eso no termina ahí. Al comenzar el proyecto se pasa un presupuesto a Colciencias, en el cual se estipulan los gastos que el proyecto tendrá, estos gastos incluyen rubros como computadores nuevos, salarios de los asistentes, gastos para reuniones de socialización, incluso había un rubro para una reunión bastante grande para el lanzamiento del proyecto. Si el jefe ahorraba dinero en esos rubros él se quedaba con la diferencia. Obviamente no es algo tan rápido como eso, pero si se conocían las personas correctas, ese era el resultado.

Estas cosas desilusionan cuando uno cree en la ciencia. Antes de que esta historia tuviera lugar, pertenecí a un laboratorio donde las cosas se hacían con idealismo. La gente trabajaba por amor a lo que hacía. Claramente, estos proyectos, donde si se hacía ciencia, nunca lograron patrocinio de colciencias. Probablemente por que su enorme presupuesto era desangrado en proyectos similares a aquel en el cual yo trabajé.