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De la burocracia Alemana

Historia No. 1:

Mi novia y yo nos dirigimos a la oficina de registro civil con el fin de obtener la lista de documentos que necesitaremos para podernos casar. Dado que los documentos necesarios para extranjeros varían dependiendo del país de origen de la persona, la oficina de registro requiere que uno presente el pasaporte para verificar la nacionalidad para que le den al usuario la lista de documentos necesarios para el matrimonio civil. Debido a que hacía poco tiempo había perdido mi pasaporte, yo aprendí mi lección y lo mantengo guardado en casa a menos que realmente lo necesite, sin embargo en esta ocasión, debido a que salí un poco sobre el tiempo, olvidé tomar mi pasaporte y me aventuré a la oficina de registro civil sin él.

Tras unos cuantos minutos de conversar con la encargada de darnos la lista de documentos ella dice “Señor Rojas, — en el frio tono de los empleados públicos de este país — me permité su pasaporte” a lo que yo un poco achantado solo atino a responder “Lo siento mucho, pero lo he olvidado en casa.”

“Me da mucha pena, —dice ella sin ningún trazo de compasión en su voz— pero sin su pasaporte no puedo verificar su nacionalidad, y así no puedo darle la lista de documentos que necesita. El problema es que si usted no tiene la nacionalidad que dice ser, yo podría darle una lista incorrecta”

En este momento me encontraba yo un poco extrañado, ¿Por que mentiría yo sobre mi nacionalidad? en todo caso intentaré de nuevo, tengo varios documentos donde aparece mi nacionalidad y el prospecto de volver mañana, y atravesar media ciudad, solo para recoger esa estúpida lista no me llama la atención, así que le digo a la señorita “En ese caso no hay nungún problema, —La ilusión empezaba a brotar de nuevo— yo tengo mi cédula colombiana, y no solo eso, mi carnet de la universidad tiene el país de procedencia. Mi carné del seguro médico también tiene mi ciudadanía.”

Ella, como buen burócrata alemán responde ”Desafortunadamente, nosotros solo estamos autorizados a recibir su pasaporte, así que no puedo hacer nada por usted. Por favor, venga mañana con su pasaporte y entonces, con el mayor de los gustos, le entregaré la lista de documentos que un ciudadano colombiano tiene que traer para contraer nupcias con un aleman en este pais.”

Al final no tuve otra opción que recorrer la ciudad al día siguiente para recibir la lista de documentos necesarios.

Historia No. 2

Unos meses después, y tras muchos episodios similares (cómo uno en el que no querían recibir las apostillas de Colombia, pues la persona que las firma no es el canciller. U otro episodio en que mi pasaporte por poco no es aceptado, pues el número de este es el mismo que el de mi pasaporte perdido) logramso casarnos civilmente. Tras el matrimonio civil tendríamos entonces la ceremonia ecleciastica. Para la segunda ceremonia, los padres de mi esposa decidieron invitar a mis padres desde Colombia. Para que mis padres pudiesen recibir la visa de alemana, ellos necesitaban una invitación forma desde acá. También necesitabamos demostrar unos ingresos con el fin de probar que tenámos suficiente dinero para mantener a mi familia durante su estadía.

Una de las grandes cualidades de mi esposa es la manera en que planea organiza y se ajusta a su plan de tal manera que la ejecución de sus planes es la más eficiente posible. Es por esto que con suficiente tiempo de anterioridad decidió llamar a la oficina de extranjeros con el fin de informarse de los ingresos mínimos necesarios para obetener el permiso para mis padres ó en el caso de que no tuvieramos los ingresos necesarios, que nos dijeran que otras alternativas existían. La respuesta a esta llamada fue que ellos no daban ese tipo de información por teléfono, tampoco se encontraba internet y solo se daba personalmente. Para evitar hacer dos viajes, tratamos de adivinar los documentos que requerirían en esta oficina y tras reunirlos nos dirigmos allí.

Una vez en la oficina de extranjeros la situación se desarrollaría de la siguiente manera:

Jenny y yo entramos a la oficina donde una mujer con cara amargada solo apunta a decir: “Solo atiendo a una persona a la vez, ustedes son dos, así que uno de los dos por favor retírese.” Ante ese recibimiento el enojo de mi esposa se hace rápidamente evidente “Me da mucha pena con usted,—dice mi esposa— pero nosotros somos una pareja casada y venimos a hacer una diligencia juntos, más aún —y en este momento me mira— también vengo a hacer de intérprete de mis esposo.” Tras esa respuesta, a la burócrata no le queda otra alternativa que recibirnos así que nos invita a tomar asiento, no sin antes pedir nuestros documentos, los cuales son diligentemente entregados por nosotros con tan mala suerte que el de mi esposa va arriba. Por cuestiones de leyes, mi esposa no obtuvo mi apellido lo cual es algo no usual en Alemanía, así que no culpo a la oficinista por su reacción “Su apellido empieza por W y yo atiendo hasta la S, por favor dirígase a la otra oficina.” Ante esto, tenemos que explicarle que mi apellido empieza por R y que, por se extranjero mi esposa no obtiene mi apellido. De nuevo, y con el dolor de haber perdido los argumentos en dos ocasiones consecutivas, la oficinista decide recibir nuestros documentos, los cuales habíamos adivinado correctamente.

Lamentablemente no pasaría mucho tiempo antes de que la encargada en la oficina de extranjeros ganara la mano. Nuestros ingresos son muy bajos para puediésemos invitar a mis padres. Tras una pequeña discusión en la cual la oficinista nos acusaba de no averiguar los requerimientos haciendole perder su valioso tiempo, mientras que al mismo tiempo mi esposa le recordaba que esa información no estaba disponible excepto presencialmente y que, ya que nosotros no disponíamos con los ingresos necesarios para hacer la invitación, nos comentara que otras opciones tenía. Tras unos cinco minutos llenos de recriminaciones de parte de la oficinista, decidimos de irnos de ese lugar mientras mi esposa prometía enviar una carta de queja debida a la atención recibida (acción que nunca se llevaría a cabo).

Al final, mi esposa logró llamar a la encargada de la oficina de extranjeros de otro distrito, quien fue mucho más amable con nosotros y quien nos recomendó una solución con la que al final pudimos conseguir la invitación para mis padres.

Historia No. 3

Tras la boda civil, mi situación de inmigrante cambió. Ya no me encotnraba viviendo como un estudiante sino que tengo una residencia semi-permanente. Unas semanas después de obtener mi nueva visa recibo una carta de la oficina de extranjería. En esta carta se decía que había un problema con mi visa y que necesitaba dirigirme a la oficina de extranjería tan pronto como me sea posible.

Tras leer esta carta palidecí, las imagenes que se dibujaban en mi cabeza eran protagonizadas por mi esposado subiendo a un avión escoltado por un grupo de polícias de in migración. En ese momento me dirigí rápidamente para revisar el horario de atención al público. Eran las 13 en mi reloj, un día viernes. El horario de atención de los viernes termina a las 12 y no habrá atención hasta el Martes de la semana siguiente. Durante el fin de semana el sueño se redujo; las imagenes en las que eera extraditado como un criminar se hacían cada vez más reales.

Cuando llegué a la oficina de extranjeros el siguiente martes en la mañana me recibe una atenta señorita quien me dice “No se preocupe, lo que pasa es que en las visas siempre se pone la razón por la que tiene su visa —en la mia decía que solo era válida siempre y cuando estuviera casado con mi actual esposa, y la anterior solo era válida mientras fuera un estudiante de la universidad donde estudio en el programa que hago— pero hubo de una demanda y a pesar de que las condiciones se mantienen, ya no puede aparecer en su visa.” En ese momento no supe que pensar, por un lado había un alivio de que mis pesadillas no se harían realidad, por otro lado me parecía un poco tonto de que me hicieran pasar ese susto para semejante pendejada. Al final, solo puedo decir que los Alemanes son seguidores enfermos de las reglas y no van a hacer nada que no se salga del reglamento.

4 comments:

  1. jajaja muy buen post y como ya dije antes q bueno q halla vuelto a escribir, y no se hasta q punto es mejor q sigan las reglas al pie de la letra o q sean como acá q se las saltan y tuercen hasta más no poder (ups XD, pero bueno lo que importa es q a la final todo salio bien, me alegro por usted como ya lo sabe

    PD: mijo revise la ortografía porque hasta yo me di cuenta de uno q otro error

    Att: su primo

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  2. Uy Diego, disfruté mucho este post. Un abrazo grandote desde este nido de corrupción llamado Colombia.

    Atte: Luis Fernando Sánchez Gooding

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  3. Ahora ni modo de separarte porque la tramitología seria inmensa, sonrío. Mentiras Alexander, felicidades a borbotones para tí y tu esposa. Qué linda tu esposa como organizó el desplazo de tus padres.
    Me quedó la duda en medio de la ignorancia sobre el tema y me excusas: al casarte con una alemana ¿Eres ciudadano aleman?

    Un abrazo desde mi blog Reflexiones al desnudo con invitación incluida para velar por la libertad de expresión!! ¡¡Todos los bloggers unidos!! Te espero en mi blog para que lo entiendas mejor. Una campaña de todos y para todos.

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  4. Excelente post. Me topé con este blog por Blogscolombia. Qué coincidencia, mi sueño es largarme para Alemania y establecerme allá. Me gusto bastante este post, y si, parece que los alemanes, como dice usted al final, son enfermos por los reglamentos, el orden, la organización y la formalidad; cabezas cuadradas ejemplares, jajaja. Voy a leer todos sus post hasta donde me sea posible ya que el tema es Alemania, que es mi tema central vital en este momento. Muchas gracias y ojalá pudiese actualizar, está muy bueno el blog. Saludos. http://proyectod2.blogspot.com/

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